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El turismo es un gran negocio. Se
ha convertido en una industria importante en todo el mundo y se prevé que seguirá
creciendo vigorosamente. (Tolba, 1992)
En las últimas décadas la costa de
Yucatán ha cobrado un papel importante en la economía del estado. A fines de
los ochentas las inversiones en infraestructura portuaria se han orientado hacia
Progreso, puerto destinado a ser la puerta de salida de las mercancías
producidas en el nuevo corredor industrial Mérida-Progreso. En los setenta se habían
hecho fuertes inversiones para desarrollar el sector social de la pesca y
existen planes para incrementar la infraestructura turística.
Si bien las actividades económicas
en la costa representan una alternativa a la crisis de la economía henequenera,
el costo del desarrollo tiene que contemplar el de la preservación del medio
ambiente. (Pare & Fraga, 1994)
Esta problemática
es el contexto idóneo para presentar al turismo como uno de los motores más
importantes del desarrollo económico de los países, y como el principal
causante del deterioro del medio ambiente que lo soporta.
Tal es la magnitud
del problema, que uno de los retos más importantes que enfrenta el turismo en
este momento es lograr su vinculación con la sustentabilidad de los recursos
que lo soportan, para convertirse en un “turismo sustentable” que mantenga
productos y servicios turísticos de calidad, acompañados de instrumentos de
gestión adecuados para contribuir a la conservación del medio ambiente y al
bienestar socioeconómico de las comunidades donde se desarrolla.
Para que una
empresa pueda lograr la certificación, es necesario que se evalúen ya sean las
características de los productos y servicios, o bien, los procesos productivos,
con base en una norma aplicable a los mismos y con un enfoque de mejora
continua. Esto permite que los productos o servicios identificados con un sello
de conformidad sean reconocidos y elegidos por los consumidores, como garantía
de seguridad y confianza.
Los sistemas de
certificación se centran en tres aspectos principales:
1) El desempeño
ambiental de las empresas, de los servicios y de los destinos.
2) La calidad de
los productos.
3) La
responsabilidad social de las empresas
El sector del turismo cultural
incluye organismos: públicos, privados y sociales. Tal diversidad de actores
hace que la administración tenga una complejidad mayor a otros campos del turismo.
En las áreas específicas del turismo y la cultura sobresalen 5 giros cuya
presencia es de gran importancia en aquellos sitios en los que se desarrolla la
actividad:
• Hoteles
• Tour operadores
• Museos
• Tiendas de artesanías
• Restaurantes
• Guías de turistas
• Sitios culturales administrados por el INAH
El turismo se entiende como un conjunto de elementos o
partes que se interrelacionan, conformando un sistema turístico, cuyas partes
son las siguientes:
1. Superestructura.
Asume la función de regular el sistema turístico, recogiendo los intereses,
expectativas y objetivos de los subsistemas restantes. Se divide en dos clases
de subsistemas: a) organizacionales: son organismos del sector público, organizaciones
del sector privado y organismos intergubernamentales; y b) conceptuales: son
las leyes, reglamentos, planes y programas.
2. Demanda.
Constituida por los turistas, los individuos en sí, y por sus necesidades
físicas y espirituales. La demanda turística, en relación con los individuos,
está compuesta por los turistas residentes en el país y los residentes en el
extranjero. Cada uno de estos grupos puede ser desglosado aún más, de modo que
los turistas residentes en el extranjero son susceptibles de agruparse por su
continente y país de residencia. Por otro lado, la demanda de necesidades
físicas se refiere a la satisfacción fisiológica como el comer, dormir; y las
espirituales a la contemplación, el aprendizaje, la autorrealización, etc.
3. Atractivo. Son aquellos que se constituyen en
uno de los principales motivadores y orientadores del flujo turístico. Los
atractivos se clasifican de la siguiente manera: - Sitios naturales (playas,
lagos, montañas). - Museos y manifestaciones culturales (ruinas arqueológicas).
- Folklore (gastronomía, artesanías). - Realizaciones técnicas, científicas y
artísticas contemporáneas (el tren metropolitano, planetario, pinturas). -
Eventos programados (festivales, torneos deportivos).
4. Equipamiento e instalaciones. Comprende el
conjunto de establecimientos especializados en la prestación de servicios
turísticos y a las instalaciones que los apoyan. Equipamiento: establecimientos
de hospedaje (hoteles, moteles, campings, trailer-parks); alimentos y bebidas
(restaurantes, bares, cafeterías); esparcimiento (discotecas) y otros servicios
(agencias de viajes, comercios). En cuanto a las instalaciones, éstas se
dividen en: de agua y playa (marinas, palapas, muelles); de montaña (miradores,
teleféricos, funiculares) y generales (piscinas o albercas, campos de golf,
canchas de tenis).
5. Infraestructura. Es la que presta los
servicios básicos o de apoyo al sistema turístico. La infraestructura,
normalmente, sirve también en la gestión de otras actividades económicas,
además de resultar imprescindible para satisfacer necesidades sociales. La
infraestructura puede clasificarse en interna (redes telefónicas, de
alcantarillado, de agua potable, vías de comunicación, localizadas dentro de
los límites de influencia de un destino turístico) y externa (aeropuertos,
carreteras, telégrafos, es decir, los sistemas que contribuyen a enlazar un
destino turístico con otro, o bien, con centros urbano-industriales).
6. Comunidad local. Está conformada por grupos de
individuos que residen en forma permanente en los polos o centros turísticos.
También se le conoce con el nombre de comunidad receptora. Básicamente la
comunidad local está compuesta por dos grandes segmentos: los grupos que están
directamente relacionados con el turismo (meseros, guías de turistas, empleados
de aerolíneas, de agencias de viajes, de hoteles) y los grupos relacionados
indirectamente con el turismo (pescadores, campesinos, agricultores, obreros y
policías).
Bibliografía
Garcia C, N. (1997). El Turismo Cultural en México.
México: Enrique Florescano.
Molina, S. (1997). Conceptualización
del turismo. Mexico: Limusa.
Pare, L., & Fraga, J. (1994). La
costa de Yucatan:Desarrollo y vulnerabilidad ambiental. México: Instituto
de Investigaciones Sociales UNAM.
San Martin R, F. (2006). Turismo,
sustentabilidad y certificación: Un reto global.
Tolba, M. (1992). Salvemos El
planeta. Springer, Dordrecht.
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